"Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, èse si tiene al Padre y al Hijo" 2 Juan 9
Llueve, Sao Paulo ha sufrido grandes inundaciones por causa de una lluvia intensa y fuera de época, la mas abundante de los últimos cincuenta años. Responsable: La corriente cálida de El Niño, en el océano Pacifico, al otro lado del continente.
Los fenómenos atmosféricos nos alcanzan desde muy lejos e influyen y modifican la vida humana con una fuerza inalterable. Escrito esto de paso por Sao Paulo, el 4 de febrero de 1995. Mañana estaré en Mèxico. Pero no habrá conseguido huir de su influencia.
Y te pregunto, Señor:
¿Por que huye de ti el ser humano? ¿Puede acaso esconder su vida de tu extendida omnipresencia, como un ciego de ojos abiertos que no ve luces ni sombras ni cosas y sòlo camina sus pasos vacilantes sin confiar confiando y dudando sin dudar, como la propia intermitencia de la mas porfiada lluvia persistente?
Extraviados. Caminando por el camino que no es, como si fuera. ¿Conscientes del desvió?
Como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entrego a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen (Rom. 1:28)
Si, entiendo. No le tienen, Dios, porque no te toman en cuenta, no porque estés lejano o ausente. No le tienen porque hacen cosas que no convienen, porque realizan acciones extraviadas, porque te aborrecen. ¿Pero, son ellos conscientes de su desprecio? ¿Saben que son malas sus acciones?
Habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sòlo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican (Rom 1:32)
Claro, muy claro. Gracias. Pero no deja de espantarme el hecho de que ese alejamiento, aunque aparentemente proviene de la ignorancia que los incrédulos tienen de ti, realmente procede de un rechazo consciente, claramente registrado en la conciencia.
Porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó (Rom 1:19)

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