lunes, 28 de septiembre de 2015

Eres un ser integral

"Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo" 1 Tesalonicenses 5:23.

Un concepto fundamental que tenemos que tener en cuenta al hablar de la psicología cristiana, y que se ve reflejado en nuestro texto bíblico de hoy, es el de la unidad indivisible del hombre; es decir, en el concepto bíblico, el hombre es un ser integral, holístico, una unidad bio-psico-socio-espiritual.

Para poder analizar los fenómenos humanos, hablamos de diferentes dimensiones de la personalidad, como lo “físico”, lo “mental”, lo “moral”, lo “espiritual”, lo “social”, 
pero entendemos que estas dimensiones no son compartimentos estancos en los cuales se pueda dividir al hombre, sino solo dimensiones que están integradas y que, por decirlo de algún modo, se interconectan e interactúan entre sí, de tal forma que si un aspecto de la personalidad es afectado repercute en otro.

Uno de los errores en los cuales se incurre, tanto en el ámbito religioso como en el científico, es el reduccionismo* Esta actitud intelectual se produce cuando pretendemos reducir la explicación de los fenómenos de la conducta del hombre a uno o pocos niveles de análisis, dejando de lado otros que también son importantes. 

Es que, además de los factores inmanentes (propios del hombre), hay un factor trascendente que interviene en la personalidad humana, en la medida que se lo permitimos, que es la acción todopoderosa de Dios por medio de su Espíritu Santo.

Atiende hoy todos los aspectos de tu personalidad. Aliméntate bien; haz periódicamente un chequeo general; resuelve tus problemas físicos; haz ejercicio físico (entre otros beneficios, ayuda a liberar endorfinas, que contribuyen a la sensación de felicidad en el ser humano). Revisa tus actitudes psicológicas y, si hubiere algo que esté perturbando tu ánimo, acude a un consejero espiritual y a un profesional de la salud mental competente. Sobre todo, confía en la intervención de Dios en tu vida, quien tiene todo el poder para obrar en tu mente y corazón para sostenerte y ayudarte en medio de tus luchas y conflictos personales.


EL TESORO ESCONDIDO


Por: Pablo M. Claverie

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