¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío. Salmo 42:5
Debemos diferenciar entre la depresión clínica, que es una
enfermedad que debe ser tratada profesionalmente, mediante la intervención de
distintos profesionales de la salud mental, y aquellos momentos de desánimo que
todos tenemos en la vida.
Algunos reveses de la existencia, como la pérdida de
un ser querido, una crisis conyugal o en una relación de pareja, la pérdida del
empleo, grandes pérdidas económicas, el haber sufrido violencia y crimen, etc.,
pueden hundirnos momentáneamente en momentos de gran desánimo y abatimiento, y
es natural que reaccionemos frente a estas situaciones con tristeza y momentos
de dolor. Incluso hasta factores tan “triviales” como la baja presión
atmosférica, la anemia, las defensas bajas o el estrés pueden conducirnos a un
estado de ánimo bajo.